1879 AMBROSIO LETELIER, UN GENOCIDA SIN ALMA Y SIN CORAZON

AGRESION CHILENA AL PERU DE 1879
Ambrosio Letelier, un genocida sin alma y sin corazón

por Alfredo Grados, alfredogrados@ yahoo.com27-8-2008
Ambrosio Letelier fue un oficial chileno que participó en la guerraque su país inició contra el Perú entre 1879 y 1883. Dichaparticipación del comandante Letelier ha sido frecuentemente criticadapor historiadores de esa confrontación tanto en canteras peruanas comoen las chilenas, particularmente en esta última donde con frecuenciase ha señalado que sus propósitos personales se apartaron de losplanes de guerra de su país y su conducta en la contienda fuecalificada como la de un criminal de guerra sin atenuantes.
Desde su nominación por el presidente Lagos para que fuera en ayuda devarios coroneles y generales chilenos que iban de derrota en derrotaen los Andes Centrales del Perú, ante un reducido ejército resistentecomandado por el general peruano Andrés Avelino Cáceres, hasta elconsejo de guerra chileno que lo juzgó por su grotesca, brutal ydelincuencial participación en el Perú andino efectuando saqueos,incendios, violaciones y asesinatos, el comandante Letelier noencontró mecanismos de defensa sustentables para declararse inocenteni patriota. Algunos de sus superiores se horrorizaron de lasbarbaridades cometidas por Ambrosio Letelier las cuales lindaban conla cobardía según sus colegas de armas más próximos y por ello lodenunciaron y lo acusaron.
La historia común que relatan los historiadores de Perú y Chile serefiere a la trayectoria del comandante Letelier participando en laprimera expedición militar de su país en abril de 1881 con el fin dedesactivar la resistencia peruana comandada por el general AndrésAvelino Cáceres. En su paso por los pueblos para enfrentar a Cáceres,dicho oficial chileno dejó frustraciones y amarguras en sus jefes ycolegas pues se dedicó al enriquecimiento personal mediante el asaltoa mano armada en poblaciones y haciendas peruanas con lo que demorabalos planes de Lynch para suscribir una paz con el Perú en un tiempobreve y se apoderó de los montos de tributos recaudados que impusoChile al Perú como compensación económica por los gastos de esaguerra.
Esos relatos comunes dicen que Ambrosio Letelier fue un sanguinario oun criminal despiadado que no mostraba sensibilidad cuando ensartabacon su espada a madres en estado de gestación y ni tampoco el menorpesar cuando ordenaba a sus soldados a atravesar con sus bayonetas alos niños de los pueblos para obligar a sus padres a revelar elparadero de las tropas del general peruano Andrés Avelino Cáceres opara ahorcar en los árboles a ancianos que por sus avanzadas edadestenían que permanecer bajo el cuidado de sus hijas. Cada vez quellegaba a un pueblo se animalizaba, según sus camaradas de armas, yordenaba la separación de las mujeres y niñas para que fueran violadaspor las tropas y luego las encerraba apiñadas en chozas, junto con losancianos, y les prendía fuego.
A pesar que la mayoría de los oficiales chilenos hicieron uso deprácticas criminales como las de Ambrosio Letelier, algunoshistoriadores de su país desaprobaron la conducta de estos oficiales,en particular la de Letelier a quien acusaron de abuso y asesinatomasivo, lo que vendría a ser en los momentos actuales un equivalente agenocidio. Por su descontrol, por el pillaje que llevaba en la mente ypor su desmedido afán de lucrar, el comandante Ambrosio Letelier fuesagazmente conducido por la estrategia de Cáceres hacia losaccidentados caminos que llevan a Sángrar donde un grupo reducido deperuanos lo derrotaron, motivando primero la cólera de Lynch (apodadocon el alias "el pirata" por sus adversarios) quien ordenó su regresoa Lima y luego la ira de Lagos (curiosamente llamado el carnicero deArica por sus enemigos) quien ordenó, después, su retorno inmediato aSantiago.
El final de Letelier fue vergonzoso para él y para Chile pues fueseñalado por los oficiales del ejército chileno de esa época como unpersonaje vil e inhumano y ladrón y lo llevaron a un juicio o consejode guerra que fue manipulado para ocultar la vergonzosa conducta deasesino y ladrón de Ambrosio Letelier y de la oficialidad chilena. Loshistoriadores de Chile lo han señalado como un ingrato personaje de suejército que quiso lucrar con la guerra dejando de lado los interesesde su país.
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