Thursday, January 31, 2008

EEUU

01/29/2008

'El cuento de Bush a la nación'

El cuento de Bush a la nación“Nos hemos transformado, del gran prestamista al gran deudor”. —Benjamin Friedman
Tal como se esperaba, el presidente George W. Bush dio a entender en su último discurso sobre el Estado de la Nación que la economía norteamericana está básicamente saludable y los problemas que se presentaron últimamente eran superables. El avance de la recesión, el crecimiento del desempleo y un alarmante debilitamiento del dólar fueron tópicos prácticamente ignorados. Mucho menos fue tocado la posible bancarrota de la primera superpotencia del mundo debido al sobregasto militar. Parece que en Estados Unidos existen dos realidades: una optimista del presidente Bush con sus partidarios que ganan anualmente más de 100,000 dólares al año, y la pesimista de la mayoría de la población cuyo promedio anual de ganancia por familia es inferior a 48,000 dólares y que lucha por sobrevivir debido a la subida diaria de los precios en productos de primera necesidad.
Para entender el legado que el presidente Bush dejará al país se debe revisar algunos datos estadísticos: el promedio del crecimiento económico en la época de Clinton era 4.09 por ciento con más 1.76 millones de nuevos puestos de trabajo anuales mientras que en los siete años de Bush este índice bajó a 2.65% y los nuevos puestos de trabajo a 369,000; en total se perdieron 3.6 millones de puestos en el sector industrial.
En 2001 la deuda nacional era de 5.7 millones de millones de dólares y ahora subió a 9.2. En 2001 hubo un superávit presupuestal de 431 mil millones de dólares que el gobierno de Bush transformó en déficit de 734 mil millones; en este mismo período el número de pobres que ganaban menos de 20,000 dólares al año, aumentó de 31.6 a 36.5 millones; aumentaron gentes sin seguro médico de 38 a 48 millones, y el pago del seguro por familia incrementó de 6,230 a 12,106 dólares, mientras que el promedio anual de ganancia por familia bajó de 49,163 a 48,023 dólares; el índice de ahorros personales que era de +2.3% se convirtió en negativo de -0.5% y la deuda nacional por la tarjeta de crédito se incrementó de 7.65 a 12.8 millones de millones de dólares. Un galón de gasolina costaba $1.03, ahora $3.26.
Esta lista de insalubre economía norteamericana puede ser interminable, pero para corregir la situación habría que revisar las causas del declive económico que originó el gobierno de George Bush. Su doctrina de la “guerra permanente” que exige un sobregasto militar es la causa principal de la actual recesión. Da escalofrío pensar que el presupuesto militar combinado para este año 2008 es de 1.1 millones de millones de dólares que constituye un récord en la historia mundial. Es decir, Estados Unidos gastará más que todos los 195 países pertenecientes a las Naciones Unidas. Los gobiernos de China y Rusia, cuyos gastos militares anuales son de 38 y 85 mil millones de dólares, ya han declarado que no seguirán la carrera armamentista porque no ven ningún peligro latente y que es un problema netamente estadounidense. Pero lo ilógico es que con todo este dinero, EE.UU no tiene ni una brigada militar de reserva disponible para combate.
Bush y sus halcones se equivocaron completamente al decidir que el aumento de gastos militares compensaría la pérdida de puestos de trabajo en el sector industrial y que las guerras darían un empuje saludable a la economía nacional. El militarismo de Bush hizo daño a toda la infraestructura económica y social del país desviando los dineros de estos hacia sus guerras en Afganistán e Irak (la tragedia de New Orleans fue consecuencia de esto) que consumieron más de 2 millones de millones de dólares.
¿Podrán sacar al país del desastre financiero Hillary Clinton, Barack Obama, John McCain o cualquier otro postulante a presidente? Por de pronto la respuesta es negativa. No son los presidentes los que dirigen el país sino los grupos de interés que actualmente están bajo el dominio del dúo compuesto por el complejo militar industrial y el energético, con la colaboración harto remunerada del complejo de medios de comunicación. Estos están seguramente planeando alguna guerra para vender sus armas y salir del caos.
Así fue siempre.
Mr. Bush ahora cuéntenos una de vaqueros.
vicky.pelaez@eldiariony.com

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