02/05/2008
' El silencio cómplice de la deshumanización'
El silencio cómplice de la deshumanización“Tendremos que arrepentirnos en esta generación, no tanto de las malas acciones de la gente perversa, sino del pasmoso silencio de la gente buena…”. —Rev. Dr. Martin Luther King
Cuando el 27 de abril de 1937 los aviones militares alemanes de la Legión Cóndor arrasaron la ciudad vasca Guernica con 45,000 kilos de bombas, el mundo quedó horrorizado e indignado. Periodistas de todo el planeta llegaron al lugar y miles de artículos fueron escritos condenando al fascismo y franquismo. Aquel unánime grito de protesta de la humanidad, reflejado en el Guernica de Picaso, quedó como testimonio en la sede central de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York. Sin embargo, 60 años después de aquel horror, los 45,000 kilos de explosivos que hace dos semanas arrojaron los aviones norteamericanos sobre el pueblecito Arab Jabour en Irak pasaron desapercibidos para gobiernos, periodistas y toda la humanidad que al parecer ha perdido toda sensibilidad, como dice el periodista norteamericano Tom Engelhard en su artículo “Bombs Away Over Iraq”.
Los globalizadores, cuyo único propósito es dominar la humanidad para convertir al hombre en una criatura asustada, obediente y sin capacidad de análisis independiente, pueden frotarse las manos: lograron aminorar en algo el espíritu de rebeldía innato e insensibilizar a los individuos, borrando sus memorias colectivas. Fue un plan maestro y su etapa actual comenzó el 5 de febrero de 2003. ¿Se acuerdan cuando las autoridades de la ONU taparon el Guernica de Picaso supuestamente con pretexto de “reparaciones”?. Tal vez fue para no despertar remordimientos en algunos miembros. Precisamente aquel día el ex secretario de Estado Colin Powell dio el grito de guerra contra Irak en el Consejo de Seguridad de la ONU, presentando deliberadamente falsas acusaciones contra el gobierno de Saddam Hussein de poseer Armas de Destrucción Masiva (ADM). Hace poco se expuso que el gobierno de Bush mintió 935 veces para justificar la invasión por el petróleo iraquí
Los medios de comunicación asesorados por el Pentágono se encargaron de asustar a la población norteamericana y crear apoyo a la guerra, siguiendo el plan elaborado por el ex secretario de Estado Zbigniev Brzezinski: “crear una sociedad controlada física, espiritual e intelectualmente por una elite que se encargará de eliminar los valores tradicionales de la sociedad”. Prácticamente lo lograron. Lo único lo que le importa ahora a la gente es su supervivencia y el dinero que se convirtió en su nuevo Dios. Piensan que si están torturando en Irak, así debe de ser para “proteger la seguridad nacional” y una de sus formas aberrantes, el “submarino” se ha convertido en un “estilo de natación” aceptado por la opinión pública.
Eliminado Saddam Hussein, apareció como por milagro el peligro al-Qaeda que se trasladó ‘misteriosamente’ de Chechenia y Afganistán a Irak, y cuyo líder bin-Laden sigue huido, a pesar de satélites capaces de peinar cada centímetro de la tierra y que sus parientes e hijos disfrutan de lujo en el occidente y son entrevistados por la prensa. Ahora resulta que la lucha en Irak no es contra la resistencia sunita y chiita sino contra al-Qaeda. De acuerdo al Pentágono, las 45,000 kilos de bombas no fueron lanzados contra la población de Arab Jabour, sino contra un reducto de al-Qaeda. Y los norteamericanos se lo creen genuinamente y apoyan a su gobierno en su intención de controlar el mundo.
Bush dijo sonriendo, “estamos ganando y la democracia se está fortaleciendo en Irak”. Sin embargo, son más macabros los crímenes de al-Qaeda contra la población civil. El viernes pasado usaron dos adolescentes suicidas con Síndrome Down en un mercado de Bagdad lleno de gente. Este tipo de carnicería logró desviar la lucha de la resistencia contra los invasores, haciendo que chiítas y sunitas se enfrenten, lo que dio un respiro a los aliados. Los medios usan el hecho como “el éxito de la nueva estrategia contrainsurgente”, pero lo que no dicen es que Bush también “paga a 17 mil sunitas para que no luchen contra EE.UU.”, especialmente en tiempo de elecciones, pero cuando deje de pagar, otra vez empezará el infierno que ya le costó más de cuatro mil soldados muertos, 30 mil heridos y que no pueda sacar ni una gota de petróleo pese al genocidio contra el pueblo.
vicky.pelaez@eldiariony.com
Tuesday, February 05, 2008
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